"Algunos burgomaestres han estado tratando de acabarlos, porque son nuestra fuente de información".
Pero algo lo perturba especialmente del tema: "Cuando es tiempo de campaña política, la champeta es la música preferida por la gran mayoría de los políticos, porque nosotros les cantamos a todas las masas, y ahí sí nos buscan para grabar jingles, (...) para convencer a la gente para que los posesionen en los diferentes cargos públicos, pero son la misma gente que luego de que se posesiona quiere sacarnos de la vida útil de la ciudad".